lunes, 8 de octubre de 2012

YO ...

Yo nací en una tierra salvajemente colorada, en el otoño,cuando los árboles ensangrentados derraman su perfume por el aire.
   Me hubiera gustado , atesorar una infancia mágica y payasesca, llena de flores, de risas, de tules y de encajes. de chupetes y de memas.Me gustan mucho las canciones de cuna. No hubieron nanas para mí... y el tiempo avanzó sin darse  tregua.
   A los poquitos años me recibió la ciudad de Buenos Aires, ¡Yo amo esa ciudad !  Me deslumbraron la calesita y sus sortijas. Ese carrusel de colores ... las manzanas asadas con pororó pegado con almíbar, los panchitos ...¡tantas cosas ...!!!
   Muy pequeñita me hice adicta a los libros y a la música.
Se puede decir que ése fue mi tiempo de sosiego.Mi barco navegaba aguas calmas.
   Al poco tiempo regresé a mi tierra colorada ... siempre pensaba en Comala cuando la veía.
   No me dieron tiempo a echar raíces y ¡allá fui ,,,! Pupila al Colegio de monjas de Paso de los Libres Siete años detrás de los altos murallones que escondían la realidad. Mis monjitas franciscanas hicieron de mí lo que soy.pero tanto ir de aquí para allá instalaron en mi ánimo una permanente inestabilidad emocional 
que me vino al mismo tiempo que la vida.
   Terminando el colegio,bajo el azul de un cielo de verano, me enamoré y me casé.Mi última parada fue esta ciudad de Corrientes
de la que nunca pude enamorarme.
   Tuve dieciocho años de amor pleno. amor de miel, pura felicidad.
    Nacieron mis dos hijos. Mi marido era un sol. Un sol que dejó de brillar imprevistamente...
   A veces sucede que voy caminando y de pronto no sé adónde voy, luego recuerdo y el tiempo recupera su ritmo.Pero ya no es lo mismoNunca vuelve a serlo mismo.


   Este es otro otoño. Se ha detenido sobre mí el silencio de la noche y en el ocaso de mi vida. con tres nietos y una bisnieta, mi pobre corazón sigue latiendo, sólo hasta que se produzca lo que tanto espera.

   'SEÑOR, acuérdate de mí ! Devuélveme ese hijo que tanto extraño.Hace mucho me siento atada a una carreta como un animal de carga. Y estoy muy cansada...

   ¡SEÑOR ! alíviame la pena !
    ¡Cúrame las heridas !

                 ¡YO TE AMO !!